martes, 19 de diciembre de 2006

A propósito de polos opuestos: Heráclito versus Parménides

Para Heráclito nada permanece en el mundo. Qué quiere decir entonces: todas las cosas en el mundo están en un constante ir y venir: en un devenir. No hay forma de estancarlas en nada.

Este cosmos, uno mismo para todos los seres, no lo hizo ninguno de los dioses ni de los hombres, sino que siempre ha sido, es y será fuego eternamente viviente, que se enciende según medidas y se apaga según medidas”

Heráclito recalca que todo lo que pueda sostenerse sobre un algo es falso, ya que como ser-en-el-mundo estamos en un constante proceso de cambios.

“No hay manera de bañarse dos veces en el mismo río; que las cosas se disipan y de nuevo se reúnen, van hacia ser y se alejan de ser”

Heráclito dice que la realidad es algo múltiple y cambiante. El mundo, de esta forma, es uno solo, pero en movimiento.

“Una y la misma cosa son: viviente y muerto, despierto y dormido, joven y viejo; sólo que al invertirse unas cosas, resultan otras, y a su vez al invertirse esas otras, resultan otras”

Parménides, desde la otra orilla, dice que “lo que es no puede dejar de ser, ya que dejar de ser, es convertirse en no-ser”. El ser entonces es sólo uno, pero éste es inmóvil.

En el poema de Parménides, Proemio, existen dos formas de actuar en la vida, sin embargo sólo una para alcanzar la verdad (felicidad máxima). La primera forma es la del camino de la luz en donde todo lo que es, siempre es, o sea, nunca cambia. Parménides habla de la inmovilidad del hombre en la vida como forma de alcanzar la verdad. Si el hombre decide la otra forma y no toma este camino, es decir, se aleja de él, se encontrará con un mundo confuso que se desvía de la verdad. Ahora lo interesante es detenerse y pensar, ¿por qué extremo dejarme llevar? Para Parménides, el camino que debemos seguir está siendo guiado por la razón, por mi verdad; el confuso entonces es el de los sentidos.

Proemio de Parménides
IX
Preciso es, pues, ahora
Que conozcas todas las cosas:
De la verdad,
Tan bellamente circular, la inconmovible entraña
Tanto como opiniones de mortales
En quien fe verdadera no descansa.
Has de aprender, con todo, aún estás,
Porque el que todo debe investigar
Y de toda manera preciso
Es que conozca la aún la propia apariencia en pareceres

XI
El ente debe ser y, no debe no ser.
Esta senda es de confianza,
Pues la verdad sigue.


Ahora la pregunta es: ¿cómo comprender el mundo sin cambios y con la razón como suprema ante los sentidos?, pero si no es así, ¿cómo sembrar raíces al suelo de una verdad si el viento puede escabullirse en la tierra?

12 comentarios:

Sebastián Lehuedé dijo...

¿Te lo explico?
Lehuedé filósofo.


Lo que pasa es que Parménides presupone que todo lo que existe tiene una esencia que le es propia. Es por esto que nada cambia. Tú eres Muriel y nunca podrás dejar de serlo. Quizás que nuestros sentidos nos engañen: en cincuenta años más es probable que mucha gente que hoy conoces sea incapaz de reconocerte. Entonces Parménides dice: ¿ven? ¿ven que los sentidos engañan? A pesar de todo, concluye, sigues siendo Muriel.
Esa es la mirada racionalista, que es de la que se nutren religiones como la budista, confuciana, hinduista, whatever.
Por ejemplo: cuando vemos un palo que a través del agua parece quebrarse. ¡Los sentidos nos engañan!

(Hablando por teléfono. El filósofo moderno interrumpido por la comunicación).

Prosigo.

Heráclito confía más en los sentidos, cree que es la única manera de aproximarnos a la realidad.
Por eso, la Muri con la que hablaré en cincuenta años dejará de ser la misma.



No sé cuál seas más tú. Tengo la impresión de que parmenideana, pero no sé.
Un ejemplo: en Before Sunrise y Sunset, Jessie es heracliteano y Cèline parmenideana.
Quizás los europeos hayan comenzado con lo del heracliteísmo, pero ya lo perdieron. Se volvieron fundamentalistas y nos vienen a nosotros los del tercer mundo con exigencias morales.

Pájaro Navegante dijo...

Gracias por tu explicación.
Pero si consideras a Celine parmenideana, por qué no fue al encuentro que había acordado? por qué no siguió siendo la misma desde la despedida del metro? por qué tuvo que ser jessie el que insistió en entrar a la casa de Celine al final? no será al revés?

Sebastián Lehuedé dijo...

No sé por quéo digo. A lo mejor me equivoqué.

Natalia dijo...

Yo creo (en humilde opinión de ser poco pensante)
que nada cambia ni se mantieen completamente.
Algunos aspectos cambian, otros se mantienen, es que nada desaparece ni aparece.
El mundo no cambia, ni se mantiene.

Y yo te mando besos
y tu me deseas suerte

Luis Herrera dijo...

Agregaría al buen aporte de Lehuedé (por quién llegué acá) que debemos agregar a esta lucha del caos y el orden, al ser y noser, el conocer y el desconocer, la búsqueda de la verdad, que dependemos en gran medida del lenguaje. O más precisamente, de la lengua para entender y para pensar. Entonces para poder pensar y armar la realidad y reflexionar el SER, lo hacemos mediante un instrumento artificial que es la lengua, que no es más que una representación. Entonces ¿Podemos comprender la realidad si la vemos mediante el prisma de un instrumento inventado? Se puede entender algo??? sí claro, pero no entendemos la realidad, entendemos lo que la lengua dice de la realidad,`pero no la realidad.

O algo así.

un beso

Luis Herrera dijo...

Lo olvidaba. Los invito a un concurso de poesía en clap:

http://clubdeliteratosasesinosypornograficos.blogspot.com/

Pájaro Navegante dijo...

¡Qué entretenido esto!
Bueno, alguien se me había quedado afuera y como soy la dueña del blog, considero que no es tarde para que sirva como moderador.
Platón está de acuerdo con Parménides, pero dice que nosotros en vez de pensar en las cosas que son captadas por nuestros sentidos, pensamos en objetos que no cambian en el mundo. Ejemplo más que típico: “las tres mesas concretas que están ahí. Hace 100 años no existían y en 100 años no van a existir, pero las nociones de tres y de mesa no se alteran por ello”
En el fondo, Platón si cree en el cambio constante en el mundo (Heráclito), pero también cree en la permanencia de las nociones universales (Parménides). Entonces, para él hay dos mundos o quizás dos formas de ver el mundo: la que es captada por los sentidos y la que ofrece la razón, pero no hace distinciones apreciativas en cuanto a cuál es mejor.
Platón (alma y mundo)

Sebastián Lehuedé dijo...

Tengo la impresión de que para Platón esas sillas no existen, simplemente. Sólo existe la idea. Lo otro es culpa de nuestros sentidos.
Por ende, algo que no existe ni cambia ni se mantiene.

Para mí que de repente va a aparecer un filósofo de verdad por aquí y nos va a golpear por hablar tantas aberraciones.

Pájaro Navegante dijo...

por eso Platón dice que Parménides tiene razón, por que defiende la idea de la permanencia en las ideas, pero no en la de los sentidos.

jajaja...yo pensaba lo mismo...y claro, después aparece en algún blog un post de las "aberraciones de muriel"

Pablo Rumel Espinoza dijo...

De verdad que me excitó súper mucho esta digresión, y como dijo Hans Pozo, vamos por parte.


La disputa entre Parménides y Heráclito demuestra a mi juicio dos cosas: a) que entre ideas opuestas surge un movimiento dialéctico (ser, no-ser,devenir; o como algunos lo expresan erróneamente: tesis,antítesis, síntesis)y sólo así se puede generar pensamiento

b)a través de la historia siempre han aparecido antagonistas que han ayudado a impulsar el pensamiento. Borges lo delinea muy bien en un relato suyo (en este momento me falla la memoria, no recuerdo bien el título) de dos hombres que se disputan.

Sobre Parménides, recordar que el judaísmo (y el cristianismo) toma la concepción de lo que no cambia para aplicársela a Dios (el ser Inmutable). Sobre las esencias platónicas, existe una conjetura que dice más o menos: Si una persona ciega jamás ha escuchado hablar de un silla ni ha tocado una, y de golpe recuepera la vista, con una silla por delante ¿qué pasa? ¿la reconoce? Si la respuesta es afirmativa, entonces en todos los hombres descansan las formas platónica de Dios.

Esta pregunta nos remite a preguntar, ¿las esencias son posteriores o anteriores a la existencia?

Pájaro Navegante dijo...

Ja, ideal para terminar el año: unas ricas reflexiones naturalistas.
Creo que siempre, siempre, hay por lo menos, dos formas de ver las cosas en la vida (y a veces muchas más). Ni los colores existen (no todo lo negro es negro, siempre hay matices que ponen a la deriva las opciones que tiene el hombre en la vida) Y respecto al movimiento dialéctico que dice pablo, estoy de acuerdo, de hecho por lo mismo cité a Platón. Es más, podría interpretarse la teoría de los dos mundos de Platón (el mundo de los sentidos o sea, el de las cosas sensibles que captamos y de la razón, en donde toda realidad siempre permanece. Creo.), como dos partes que no son la una sin la otra, en el fondo, que entre ambas existe una vital dependencia. O sea, no puedo captar una idea solo con los sentidos ya que sí o sí tengo que ocupar la razón (para eso está, o no?)
Ahora, en Platón y su teoría alma y mundo, o alma y cuerpo (no sé cuál de las dos es la primera), Platón da una predominancia al alma (“el hombre es su alma”), pero no necesariamente a lo pasional, nunca se mezclan las dos cosas. Incluso, es más, leí en algún lado que Platón considera al cuerpo como un estorbo para el alma ya que la aleja de la contemplación ya que la convierte en guarida a las pasiones.
Bueno, para terminar, así como hay dos mundos, según yo platónica, hay respuestas que no tienen un sí ni un no, sino más bien un tremendo desenredar de pensamientos. Por eso, la respuesta a la pregunta de si soy o no existencialista, al menos yo, prefiero responderla “entre líneas”.

Pablo Rumel Espinoza dijo...

Coleridge decía que un hombe nace aristotélico o platónico. Me parece una exageración lo de Coleridge, pero indudablemente, hay personas que se inclinan más para un lado que para el otro.

Muriel nos ha dado entender que se inclina a Platón, y yo que soy más aristotélico, no creo en un mundo supra-sensible (ideas) ni en un mundo concreto (muriel lo llama de la razón, yo diría de las cosas, o inteligible). Se Piensa (rehúso a decir yo pienso, sobre todo cuando discuto sobre filosofía, pues las ideas no son propias, son todas ajenas, y ahí podría decírseme que estaría afirmando a Platón, pero no lo creo, más bien lo relaciono con la memoria, otro tema) que la esencia no puede estar separada de la cosa, ni que nada se pueda fundamentar por medio de ideas atemporales y eternas. Se piensa que el ojo, los sentidos, se disuelven y se confunden con el objeto, es decir, sujeto y objeto pasan a ser lo mismo. Por ende, el sujeto se reafirma, construye y destruye el mundo a voluntad, en cada segundo, como una pura representación (Schopenhauer tendría mucho que decir al respecto).

Pero al fin y al cabo coincido con Muriel, que algo extraño pareciera atacar a un tipo de personas, las cuales necesitan constantemente reafirmar su existencia. Si al final, esto de pensar sólo nos conduce a extraños caminos, a habitaciones oscuras que nadie quiere ver, y me parece mucho más entretenido que llevar una vida de animalito pegado junto a la tevé. Al menos a mi me parece entretenido, que me gustaría llevar todo eso a un libro. Ergo, ya tengo algo por lo cual vivir.

(aunque a ratos no me lo creo)

Discúlpame Muriel, pero soy demasiado digresivo, nunca voy al meollo del asunto (y ahora me puse a pensar en Couve, ¿y qué tal si siguiera escribiendo? ¿como si este post fuera una novela-río? ¿cuántas horas puede soportar un hombre sin parar de escribir?)

Je, pero mañana me levanto temprano, la obligación me la gana. Saludos.-

PS: Un gusto haber llegado a tu blog (y se lo debo al post de Lehuedel, y la llegada a Lehuedel se la debo a Diego Zuñiga, y podríamos seguir así en una regresión infinita, hasta tratar de llegar al asunto cero de todo esto. Es decir, que la paradoja de haber llegado a tu blog, involucra al origen y al devenir del Universo.)