domingo, 10 de diciembre de 2006

Don’t let me down


Por fin habían quedado solos. Los alejaban del resto del grupo, unas gigantescas rocas en forma de arco que, además de hacer que el sonido de las olas fuera violento y estrepitoso, confundían el rumor de su conversación con el viaje del agua por quebraduras.
Los rostros, salpicados de pequeñas piedrecillas de arena, estaban uno frente al otro. Los ojos de él miraban su boca; los de ella, estaban perdidos en la arena.


-Te toca a ti hablar.


Su voz se convirtió en un agudo tarareo:
-Nobody ever loved me like she does.

Bruscamente, él tomó con ambas manos el mentón de la chica, quemándose por primera vez con sus ojos de cobre.

-¡Dime algo! ¡No sé! ¡Que estás de acuerdo...o en contra!, ¡pero dilo!
-Oh she does, yes she does -ella continuó.
-O sea, sí. Piensas igual que yo.
-And if somebody loved me like she do me.
-¡Basta!, ¡Basta!, ¡no te puedo seguir esperando! ¡Me cansé de tus ironías!


Al sacarle las manos de la barbilla, la cabeza de la chica tambaleó hasta que volvió a mirar el suelo.

-Oh she do me, yes she does -musitó lentamente con los ojos semiabiertos.

Esta vez con arena pegada a sus manos, el chico volvió a apretarle el rostro entre sus gruesas manos:
-¡Escúchame! ¡No puedo seguir tragándome tu silencio! ¿Acaso no entiendes? ¡No sé cómo saber qué es lo que te pasa! ¡No sé! ¡no sé! ¡no sé!


Desde el otro lado, en sus ojos empezaron a estallar lágrimas. Confundido en un lamento, pronunció las últimas palabras antes de caerse en el suelo:
-Don´t let me down, hey don’t let me down.

1 comentario:

Unknown dijo...

eso q le pasa a ella, ese silencio casi ahogador, es común; y justamente se puede describir, sacar, aunque casi a tirones, con una canción de los beatles..de esas oscuras, q casi no van con ellos.. me encantan..

siempre es bueno verte, siempre es lindo verte, siempre, siempre es agradable, sencillo...

te quiero muchoo, desde el sur, una pequeña te escribe.