sábado, 1 de diciembre de 2007

Ciudadano de una Metrópolis


La fusión de disciplinas artísticas en Metrópolis Video/Danza se logra de manera implícita. Porque cuando me enfrento a este "video de danza" —como algunos podrían llamar— no soy capaz de distinguir qué va primero. Si la danza o el video. Si la presentación multimedia o la multi-artística. La propuesta, tremendamente audaz en su formato, no sólo pretende potenciar las posibilidades de una coreografía de danza. Usando un lenguaje iconográfico muy sarcástico, violento, a ratos incluso hasta agresivo, el montaje demuestra que aún hay mucho terreno por explorar en la danza. Y en el cine también.


La soberbia, la agresividad, la arrogancia, el egoísmo. El sistema en el que hoy día estamos insertos. Y del que, sin saberlo, tenemos sentido de pertenencia. La inercia del hombre, del hombre que por naturaleza busca el poder. De los hombres, porque vivimos en una sociedad de masas, que crea, como en una máquina, intelectos pre armados. Metrópolis Video/Danza justamente hace un recorrido por todos los escalafones que pasaríamos para alcanzar el éxito, ese que está ligado al poder. Ese que invita a enviciarse con él. Y del que se escapa la conciencia racional. El último escalafón, de hecho, estaría ocupado por los poseedores del poder político a nivel mundial y sería algo así como extraterrenal. Casi imposible de alcanzar por humanos comunes y corrientes.

Haciendo referencia, por medio de iconos, a la industria, a la política, a la economía, incluso hasta a los medios de comunicación, esta Video/Danza es capaz de plasmar en los cuerpos de las cuatro protagonistas del montaje, un lenguaje sumamente agresivo, crítico, alejado a las posibilidades que una danza tradicional podría ofrecer. Y se vale de la multimedia, —esa que paradójicamente tanto critica en la puesta en escena— para acentuar la ira, el estrés, la depresión, la soledad, el agitado paso del tiempo. Tópicos que, en sospechosa exageración, terminan siendo parte del lenguaje común para los que se sienten, y los que no también, ciudadanos de una Metrópolis. De la Gran Metrópolis.